Cuadro de Luis Herrero |
En junio de 2013 visité una estupenda exposición en el centro cultural Antonio Machado en Madrid. Bajo el nombre de PautArte se mostraron los trabajos artísticos realizados en el taller creativo del centro de autismo Pauta, de Madrid, durante el curso 2012-13. La gran diversidad de obras presentes conformaban un mosaico muy atractivo de las capacidades creativas de las personas con autismo. He compartido en la entrada anterior un álbum en flickr con una selección de fotos de las obras expuestas.
Obra de Rubén Cabanillas |
Fotos de los tenderos del barrio de Miguel García |
Pauta es un centro que mantiene un taller creativo desde hace ya bastantes años. Las obras, realizadas por 15 usuarios del centro, han sido creadas en el taller dirigido actualmente por la arteterapeuta Ana Belén Nuñez, que también está implicada en el programa educativo del museo del Prado: El Prado para Todos.
Me llamó la atención la variedad de técnicas creativas, en la mayoría de los casos, según me explicó Ana Belén, adaptadas a los intereses, gustos y las necesidades de los artistas. Había fotografías retocadas con photosop, técnicas mixtas, collages, dibujos, pinturas, esculturas, incluso algunas pequeñas instalaciones. Había trabajos abstractos, figurativos, obras realizadas en el taller y otras realizadas en salidas al entorno, como las fotografías retocadas tomadas a los tenderos del barrio (obra de Miguel García).
Tal como se señala en la misma página del centro Pauta, los TEA (Trastornos del Espectro del Autismo) son un "grupo de trastornos generalizados del desarrollo (TGD) caracterizados por alteraciones cualitativas en la comunicación social unidas a un patrón de intereses y comportamientos restringidos y estereotipados". Sin embargo las personas con autismo suelen tener una relación muy particular con el mundo visual y las imágenes y esta relación puede dar como resultado unas expresiones creativas muy especiales.
Los padres son una parte importante en el apoyo a este trabajo, para Carmen, madre de Rubén Cabanillas, es en el taller creativo donde: "puede expresar sus ideas, comunicarse con nosotros, decirnos lo que piensa y siente". Algunos de estos artistas asisten regularmente a la Facultad de Bellas Artes, donde encuentran un soporte en los espacios, materiales y el asesoramiento para llevar a cabo proyectos más complejos. Rubén es una de las personas que asiste regularmente a los talleres de escultura de la Facultad. En palabras de su madre: "la pintura y la escultura dan momentos alegres a Rubén. Es cuando puede descargar su energía, su fuerza o su rabia. Es feliz. Forma parte de algo. Es aceptado."
Conducir un taller artístico de personas con autismo no es fácil, requiere un conocimiento amplio de lo que son los TEA y saber actuar de forma individualizada con cada una de estas personas conociendo sus necesidades específicas. No hay que ir con una idea preconcebida ni sirven las "recetas" creativas. Además de atender a las características peculiares de su comportamiento hay que mantener un especial cuidado por las condiciones "ambientales" del taller para que pueda ser un entorno amigo y favorecedor de la creatividad.
Una apuesta por el arte en este tipo de contextos, continuada en el tiempo y sustentada por profesionales como ésta a la que nos estamos refiriendo no es común y a la vista está que los resultados son realmente buenos. Los beneficios de las terapias artísticas están ya profusamente documentados desde hace tiempo, si bien en España todavía estamos alejados del grado de reconocimiento y de presencia social que estas propuestas tiene en otros países. Uno de los proyectos estables con más repercusión en nuestro país es sin duda Debajo del Sombrero, y querría destacar también la exposición Mundo Extreme, que realizaron en La casa encendida, en Madrid, en el mes de noviembre pasado. En su web se pueden ver también sus proyectos así como una muestra de los trabajos de los artistas que trabajan en el centro.